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| Título: La chica de al lado | Autor: Jack Ketchum | Editorial: La Biblioteca de Carfax | Traducción: María Pérez de San Román | Precio: 22'70€ |
Años 50. David tiene 13 años, es verano y una chica nueva llega al barrio. Meg y su hermana pequeña vivirán con Ruth y con sus hijos, ya que ha perdido a sus padres en un trágico accidente de coche que, además, ha dejado a su hermana con graves lesiones. Y así empieza lo que en teoría iba a ser un verano memorable para David, pero no por lo que él creía. Según pasan los días cosas más y más terribles le irán sucediendo a Meg en el sótano de los Chandler, sin que ni un solo adulto (excepto Ruth) sepa nada de lo que está pasando.
Cuando hablamos de terror muchas veces pensamos en lo sobrenatural. Quizás porque a veces no diferenciamos bien los conceptos de terror y horror, o porque no se nos ocurre nada tan aterrador que pueda suceder en el mundo real, pero lo cierto es que el día a día de mucha gente es exactamente eso: una historia de terror. La chica de al lado de hecho, está fuertemente inspirado en una de esas historias reales que sólo pueden salir de la mente de alguien realmente perturbado (sea lo que signifique eso). El caso de Sylvia Likens, una adolescente que fue secuestrada, encerrada en un sótano y abusada por la mujer que estaba a su cargo además de por un grupo de chavales del barrio fue la gasolina que sirvió de inspiración para que Jack Ketchum pudiera escribir La chica de al lado, creando una de las novelas de terror más duras que seguramente puedas leer jamás. Con la mano en el corazón os digo que si sois personas aprensivas, este no es vuestro libro y que haríais mejor dejándolo pasar.
En esta novela se
ven varias cosas que se pueden ver también en el libro del que os hablé hace unos días, Thornhill, y es que en La chica de al lado se pone sobre
la mesa de manera cristalina cómo los niños no valen nada, no tienen
voz y cómo de fácil es manipularlos. En definitiva, lo desprotegida que está la infancia frente a los adultos es un tema del que a veces no somos conscientes, y olvidar lo que es ser niño es uno de los mayores errores que cometemos. Pero esta historia también nos enseña que los
niños pueden ser crueles y malvados, que son cosas que no son
excluyentes, y cómo esa maldad legitimada por un adulto (supuestamente)
responsable puede ser desastroso, como mirar para otro lado o tomarlo como "cosas de críos" puede ser fatal. La chica de al lado es una historia valiosa no solo porque es un excelente libro de terror, si no porque, como he dicho más arriba, sabe enseñarnos perfectamente que lo que da más miedo no son los muertos, si no los vivos.
Estamos sin ingún tipo de duda frente a una lectura muy dura con partes gráficas, pero me parece destacable que dichas escenas no se recreen en el morbo y en el sufrimiento. Quizás pueda dar la sensación de que son escenas innecesarias mas no lo son, puesto que si el objetivo de esta historia es horrorizar al lector mientras se es coherente con el argumento de la novela, éste es con creces cumplido. Tengo que decir que yo no he sentido rechazo, a mi no me ha afectado apenas lo que he leído y eso creo que tiene que ver un poco con que a veces estoy muerta por dentro (es broma) pero se que gente con mi mismo aguante no lo ha soportado. Quizás seas de los que adora películas como Saw (que yo no soporto) pero luego a la hora de la verdad, esta historia se te haga demasiado cuesta arriba... Como todo, esto a veces es muy subjetivo. Me parece pertinente avisar de que si, en estas páginas hay violencia sexual explícita además de otras atrocidades.
En conclusión, La chica de al lado es un libro sobresaliente que nos recuerda el por qué no podemos recomendarle un libro a cualquiera por mucho que nos haya gustado sin tener en cuenta otros factores: yo, la verdad, tengo serios problemas para hacerlo. Leerlo o no está en vuestra mano.
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