Título: Brujas de Arena | Autora: Marina Tena Tena | Editorial: Insólita | Cubierta: Libertad Delgado | Precio: 19'00€ |
Killian tiene solo catorce años, y hace tres vio como su padre entregaba a su madre a los cazadores. Años después, los cazadores vuelven para llevarse a Indivar, su hermana mayor y cuidadora. Cuando Indivar desaparece sin dejar rastro, Killian decidirá adentrarse en el desierto para encontrar el escondite de las brujas y el lugar donde cree que ha podido ir su hermana.
Siendo sincera, me adentré entre las páginas de la historia sin saber gran cosa, casi ni la sinopsis. A veces, los libros que más me gustan son aquellos de los que no sé apenas nada antes de empezar a leerlos, y este ha sido uno de ellos. Marina Tena ha escrito una historia hermosa, creo que es la manera adecuada de describirla. A pesar de que el universo donde se sitúa a acción es un lugar hostil, gobernado por los hombres y la pobreza, los personajes principales y las relaciones que entablan hacen sentir que hasta en medio del desierto, sin agua y solo con una bota pueden suceder cosas buenas.
Killian es el protagonista indiscutible de la novela, y a través de sus ojos contemplaremos el mundo tan peculiar en el que suceden las cosas. Si hay algo que me ha gustado de esta historia, han sido los personajes. Todos tan particulares, con sus miedos, sus historias... Killian sin embargo, y con todo el sentido del mundo, es el que destaca sobre ellos. Killian no quiere ser como los hombres, sabiendo lo que significa eso. Y Killian no finge una fortaleza que no tiene ni siente: padece terrores nocturnos, llora cuando lo siente y no esconde su miedo. Killian es en cierto modo, un escupitajo en la cara al concepto de hombre que se tiene en la novela... y en nuestra sociedad. Sigue siendo un crío, pero lucha por ser buena persona cada día. Lucha por ser amable y ante todo, leal. Llevado de otra manera, es un tipo de personaje que me podría sacar de quicio... tan bueno, tan perfecto... pero es que ahí está la gracia: no es perfecto y se nota. Sus imperfecciones, lo que le da tridimensionalidad, es algo real y no meramente testimonial, sus defectos se muestran, no son únicamente mencionados. Me he creído a Killian, me lo he creído como un niño de catorce años que está aprendiendo a vivir, que ha pasado muchas cosas malas y que ha tenido una evolución lógica y razonable, y que aprende que a veces las buenas personas tienen que hacer cosas malas. Por otra parte, Zoe, la bruja que le acompaña durante el viaje también se ha ganado mi corazón por lo mismo. A pesar de ser el arquetipo de la chica fría, dura, con una vida compleja, en su falta de palabras y en sus pequeños gestos podemos conocerla y ver que no carece de corazón. Habla más en sus silencios que cualquier otro personaje con diálogos extensos. La relación que se crea entre ambos me parece preciosa y de lo más lógica según transcurren las páginas. ¿Que quizá se puede intuir un poco como se desarrollará su relación? Claro, pero no es malo para nada, además, siempre acaba sorprendiendo un poquito.
"No creo que ser bueno sea algo que venga de dentro. Es una elección consciente, un esfuerzo que al final se hace mecánico, igual que dar un paso tras otro para atravesar el desierto."
Killian
Me apena un poco no haber conocido más a fondo la sociedad de las brujas. Es el único pero que puedo ponerle a esta historia: me faltan páginas. Es cierto que no es lo que nos quiere contar la autora, si no, habría profundizado mucho más en ello pero... esos capítulos me han parecido tan fascinantes que quería más. Cómo son las brujas, que hacen, por qué tienen semejante estigma, quién es Enjambre... ¡quiero saber! Lo bueno es que hay una historia de pago social en Lektu, La bruja y el perro, que nos cuenta el trasfondo de uno de los personajes principales. Habrá que conformarse con eso.
Brujas de Arena ha sido una lectura de más que de un día, de medio día. Es cierto que su longitud (250 páginas aproximadamente) contribuye a que sea una lectura rápida, pero no es el único factor. Marina ha escrito una historia que desde la primera frase te empuja a continuar. He ido por la casa leyéndolo, mientras cocinaba, en el baño, mientras iba por la calle andando... No he pasado la noche en vela leyéndolo porque quería regular mi ciclo de sueño ¡pero ganas había! En conclusión, ha sido una lectura no sólo rápida, si no buena. De esas que te pueden sacar de un buen bloqueo lector y que te dejan con ganas de más. Si tenéis Brujas de Arena en vuestra pila de pendientes, adelantadla un poquito. Si no conocíais esta historia, ¿a que estáis esperando?
¡Hola!
ResponderEliminarPues solo conocía este libro de haberlo visto alguna vez, pero creo que por el tema que trata, podría gustarme mucho, así que a ver si me animo a darle una oportunidad pronto.
Un abrazo