Título: Mil Veces Hasta Siempre | Autor: John Green | Editorial: Nube de Tinta | Precio: 16'95€ |
Un libro de John Green que me ha gustado. Estamos ante un hito histórico. A ver, sin venirnos arriba tampoco, porque por mucho que me haya gustado, John Green sigue cayendo en ciertos puntos que me sacan de quicio, además de otras cositas que destriparé más adelante. Pero antes que nada ¿de qué trata Mil Veces Hasta Siempre?
Aza Holmes es una chica en apariencia normal, que podría decirse que lo tiene todo. Una madre que la quiere, amigos, un coche, es buena estudiante. Una chica normal y corriente. Pero Aza vive aterrorizada por la sombra de su demonio particular, el trastorno obsesivo compulsivo, algo que hace que su vida sea mucho más difícil de lo que puede parecer a simple vista. Y entonces el multimillonario Russell Pickett desaparece. Cien mil dólares es la recompensa por encontrarle y aunque Aza no está interesada, su mejor amiga, Daisy, la convence de ponerse en marcha. Así es como vuelve a ponerse en contacto con Davis, el hijo del desaparecido y su amigo de la infancia. Lo que en un principio era una búsqueda motivada por el dinero, se convierte en algo más. Y lo que queda...
A ver por donde empiezo. Si hablamos de personajes, que al fin y al cabo, es de lo que trata la novela quedando así la búsqueda de Pickett como una excusa para desarrollarlos, he de decir que me han sorprendido gratamente, aunque algunos se hayan quedado por el camino. Aza me ha gustado mucho como protagonista. Me ha parecido una chica normal, y con normal me refiero a que no da la sensación de ser una versión 2.0 de Hazel, insufrible como ella sola. Es verdad, también tiene sus momentos demasiado profundos y sus conversaciones con Davis a veces pecan de ser poco naturales (no es posible que dos personas, no ya adolescentes, dos PERSONAS sean tan intensas y profundas todo el maldito tiempo, es imposible), pero que esperamos en una maldita novela de John Green. Hay cosas que no se pueden evitar y parece que este hombre lleva en el ADN la pretenciosidad. Por otro lado tenemos a Daisy, que es la mejor amiga de Aza y que es en mi opinión, bastante irritante (sobre todo cuando no deja de llamarla Holmesy), además de el típico personaje quirky obsesionado con algo friki (en este caso Star Wars) y que escribe fanfics. Me ha resultado falto de desarrollo y es verdad que hacia el final de la novela tiene un momento en el que demuestra que es algo más que un personaje de relleno y protagoniza una de las escenas que yo considero más relevantes de la historia, pero se queda escasa. Quizás al estar todo narrado por Aza todo queda mucho más bidimensional, es una lástima. Algo similar sucede con Davis, al que llegamos a conocer algo mejor gracias a ser el love interest de Aza. He de decir que me faltaba el clásico self insert del autor en la novela y a mi parecer, este ha sido Davis. John Green tiene una costumbre muy mala de hacer personajes cortados por el mismo patrón, generalmente los protagonistas, y que estos además se parezcan mucho a él. Es cierto que en Aza se refleja su propia pelea con el trastorno obsesivo compulsivo, pero en Davis veo mucho más de él que en Aza. Quizás sean imaginaciones mías. Es un personaje que me ha dejado fría, que tenía alguna reflexión interesante pero que por lo general se quedaba en lo artificial y pretencioso.
Así que si, podríamos decir que más que una novela de personajes, Mil Veces Hasta Siempre es una novela de UN SOLO PERSONAJE, lo cual no está mal cuando el personaje en cuestión es como Aza. John Green ha sabido crear a una adolescente creíble y sobre todo, ha plasmado un problema como el trastorno obsesivo compulsivo con claridad. Y no solo eso, si no que ha sabido extrapolarlo a cualquier otra enfermedad o trastorno mental. Los síntomas son distintos pero las sensaciones... las sensaciones son las mismas. La sensación de estar roto, dividido, de que hay un demonio dentro de ti. El miedo a empezar un tratamiento farmacológico, el miedo a que eso te cambie porque al fin y al cabo ¿no se supone que ese monstruo es parte de ti y parte de quién eres? ¿Si lo eliminas, no estás anulando una parte de ti? ¿No estás acaso cambiando y dejando de ser tu misma? ¿No es una mierda depender de una pastilla para tener la estabilidad que todo el mundo tiene sin necesidad de muletas? Personalmente, tal y como estoy ahora, después de caer en la depresión más grande que he tenido en mi vida (y llevo así muchos años) y retomar una medicación que no debí haber dejado, he visto en los pensamientos de Aza mis propias preocupaciones y mis motivaciones para haber dejado un tratamiento que me estaba ayudando. Ha sido reconfortante, me he sentido entendida y arropada y creedme que jamás pensé que esto sucedería con un libro de John Green.
Y entonces empezó a contarme que la medicación solo funciona si la tomas, que tenía que ser constante y cuidadosa con mi problema de salud, y yo intentaba explicarle que hay algo enormemente extraño y triste en la idea de que solo puedes llegar a ser tú mismo ingiriendo una medicación que cambia tu yo.
Quizás la historia de Russell Picket sobre, quizás no, porque si no ¿cuál habría sido el hilo conductor para que estos dos personajes se encontraran? Al fin y al cabo, su breve relación es importante para el crecimiento de ambos y la idea de que el amor no te puede curar impregna las páginas del libro. Por mucho que la otra persona te quiera o por mucho que le gustes, al final tus inseguridades y tus problemas, si no tienen el adecuado tratamiento, se cargan todo eso. Y es algo que aquí queda plasmado. He de decir que su resolución final me ha gustado muchísimo. Me gustaría reflexionar abiertamente sobre ello, pero sería spoiler, y simplemente diré que aunque algo no pueda durar, hay cosas que se quedan contigo siempre y eso es lo importante.
Me faltan descripciones. Siempre me faltan descripciones en los libros de John Green. Suele presentar a sus personajes con un par de rasgos característicos pero esta vez casi no ha llegado ni a eso. No tengo ni la más remota idea de como puede ser Aza, o Daisy. De Davis si que se da una descripción más precisa, pero los demás personajes son un misterio absoluto.
Me faltan descripciones. Siempre me faltan descripciones en los libros de John Green. Suele presentar a sus personajes con un par de rasgos característicos pero esta vez casi no ha llegado ni a eso. No tengo ni la más remota idea de como puede ser Aza, o Daisy. De Davis si que se da una descripción más precisa, pero los demás personajes son un misterio absoluto.
Si, es cierto también que los personajes secundarios me han resultado indiferentes. Es cierto que lo único que me ha llegado de verdad ha sido Aza y toda esa espiral que hay en su cabeza, pero es porque es algo tan cercano a mi vida que duele y a la vez, reconforta. Pero también se ha mostrado en cierto punto el dolor de los que están a tu alrededor. De lo difícil que puede ser para ellos también, de lo complicado que es querer entender y no poder, de lo jodido que es sentirse como un personaje secundario (qué irónico) constantemente. No solo es difícil para el que lo sufre, aunque el dolor no se pueda comparar, para la gente que está a tu alrededor también es complicado.
Hostia, vaya desastre de reseña. Y vaya desastre yo, que no me puedo creer que Mil Veces Hasta Siempre se vaya a convertir en una de mis mejores lecturas del año. Le he dado tres estrellas de cinco en Goodreads, pero como siempre, no me gusta mucho medir mis lecturas con estrellas o puntuaciones de cualquier tipo. Son tres estrellas porque aunque esta historia haya significado tanto para mi gracias al personaje principal, la novela tiene muchas carencias, y eso es innegable. Sin embargo, cuando he cerrado el libro... por un momento todo ha estado en su lugar. Y eso no hay manera de puntuarlo.
Pues me gusta que el personaje de Aza (el nombre se parece mucho a Hazel) sea tan creíble, sin duda eso es algo que se necesita en la literatura juvenil. También me gusta el tema de su enfermedad, pero a parte de eso...no me llama. No me gustan las novelas de personajes, necesito una buena trama y veo que esta novela no lo tiene si, como dices, la trama queda a parte. Y no sé, que los demás personajes sean tan John Green y profundos...pues como que no me llama. Por el momento no me lo apunto, pero gracias por la reseña.
ResponderEliminarUn saludo,
Laura.
Lo acabo de leer y también me ha gustado, aunque no tanto como el anterior, quizás por las expectativas. He echado de menos a las tortugas, por su título en inglés. Solo aparecen en un guiño al libro Mundodisco de Terry Pratchett. Los derechos del cine ya los tiene la Fox, y viendo lo cinematográfico que es, no dudaría que hicieran la película pronto. Un beso.
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