Tenía muchas ganas de leer La Flor de Fuego. Si hay una cosa que me produce una enorme fascinación, no en un sentido morboso, si no más bien en uno que intenta comprender, son los tiroteos escolares de Estados Unidos. Y Columbine es el que más huella ha dejado en la historia.
Esta novela tiene como base o como inspiración dichos sucesos, ocurridos en 1999. El 20 de abril de ese año, Eric Harris y Dylan Klebold acudieron al instituto con la idea de volarlo por los aires. Su plan inicial falló, así que entraron al instituto, dispararon sus armas y terminaron sucidandose en la biblioteca. Mucho se ha escrito sobre ello, y la fascinación en algunas personas es mucho más que simple curiosidad. Mucha gente, la mayoría adolescentes, han caído en la idolatría hacia estos dos chicos y se pueden encontrar cosas realmente escalofriantes en la red. Solo hay que echar un vistazo al tag de Tumblr true crime club, por ejemplo.
Pero esta novela cabalga entre realidad y ficción, y la historia de Eric y Dylan (Chad y Landis en la misma) no es ni mucho menos la principal de esta historia, a pesar de que esto sea algo muy mencionado en las promociones de la novela y demás. La historia en realidad tiene como eje central a John y la amistad con su mejor amigo Kit. Y bueno, no puedo decir que me haya entusiasmado.
John ha sobrevivido. A través de las páginas de un cuaderno, narra sus años de instituto allí, sus amistades, sus romances y sus conflictos. Pero también llegó a conocer a Chad y a Landis, y. a pesar de conocer su ideología y tener conocimiento de sus deseos de volar la escuela, crea un extraño vínculo con ellos.
Con este libro tengo muchos problemas. El principal es esa sensación constante de intentar justificar lo que estos dos chavales hicieron. Como si el acoso escolar fuera una excusa para una masacre. A veces lo parece, otras veces no. No queda muy claro en la narración, es sumamente ambiguo. Y a veces la ambigüedad en estos temas está bien, pero aquí no lo veo claro. La verdad aquí es que da lo mismo que Noel (uno de los amigos de John) no hubiera hecho lo que hizo, ellos tenían la idea muy formada en la cabeza. Y aunque sea en parte ficción, no está de más recordar que no son pocos los testimonios que desmienten que sufrieran acoso escolar. Así que la metáfora del efecto mariposa no tiene sentido. Que es en parte ficción, si. Que basarse en una historia real y cambiar ciertos factores a tu antojo para que cuadre mejor en tu historia es cuestionable, también. A esta parte volveré más adelante, pero aquí está en principio mi opinión sobre el hecho de haber cogido unos acontecimientos como los de Columbine para la base de esta historia.
Ahora quiero hablaros del desarrollo de la novela, porque es otro gran fallo de la misma. Casi no hay. En serio. John y Kit son el pilar fundamental de la novela. Se nos habla de su amistad, se dice que son uña y carne. Pero no llegamos a conocerlos bien en ningún momento. Y no solo pasa con ellos, pasa con todos. Con Emily, el love interest, que dice que no puede permitirse corresponder a John y nunca sabemos por qué. Con Gabrielle, que se dice que es muy dulce; Noel, que es el típico deportista fanfarrón... todo un elenco que se queda en la superficie.
Por otra parte está el personaje de Ethan, también ficticio. Se supone que representa el morbo y al espectador que aplaude las acciones de Eric y Dylan en la vida real, desde una distancia de seguridad, sabiendo que nada malo puede pasarles. Ethan me ha parecido un personaje curioso y desagradable y aunque no se ahonde mucho en el, al igual que sucede con el resto de personajes, en este caso no hace falta para sentir la repulsión y el estremecimiento cada vez que su nombre aparece entre las páginas.
Debemos tomar partido. La neutralidad ayuda al opresor, nunca a la víctima. El silencio alienta al torturador, nunca al atormentado.
Elie Wiesel
Puede que no haya terminado de congeniar con esta novela por el mensaje pacifista que da. Y con eso me refiero a que soy de las que piensan que no podemos combatir el odio con flores. No cuando nos matan por ser mujeres, por ser queer, por no pertenecer a la misma etnia, por cuestiones de creencias o por trastornos mentales. Aquí también se asume que es lo mismo una legítima defensa ante actitudes e ideologías opresoras que una masacre indiscriminada por parte de dos chavales con la cabeza comida por la mierda. Por dos chavales que en la historia real, en la original, en la que se basa, nunca sufrieron acoso escolar. Como ya he dicho, eso es un mito. Tenían amigos, estaban integrados, e incluso ellos mismos llegaron a ser perpetradores de acoso sobre otros alumnos.
Al margen de la falta de desarrollo, al margen de la extraña y conveniente mezcla entre ficción y realidad, este mensaje es el que hace que el libro no pase el aprobado para mi. Y es que no creo que Elie Wiesel quisiera decir nada parecido a esto con sus palabras. Y no, para nada quiero decir que la autora justifique de ninguna manera unos actos así, que se que esto puede llegar a interpretarse de esa manera, simplemente, me parece que se ha enfocado terriblemente mal.
Os juro que escribir esta reseña después de leer el libro y la entrevista de la autora sobre el mismo, me cuesta muchísimo. Y es que vamos a ser sinceros, es una temática compleja. Por eso creo que es un error haber basado esta historia en Columbine: su importancia en la historia es algo que está ahí, y retorcer estos sucesos al antojo de uno mismo para que cuadren en una historia de ficción no es correcto, no cuando cambian tantos factores determinantes. Habría sido mejor crear una historia de cero, sin la sombra de unos sucesos reales que oscurezcan un texto que quiere transmitir una idea muy concreta que no termina de cuadrar con la realidad.
Y es que un lado de mi grita "¡esto no sucedió así!" mientras que otro "¡claro que no, es ficción!" y al mismo tiempo el otro le responde "¡solo en parte!". Pero me repetiría otra vez si explicara mis motivos. Simplemente, esta novela para mi no ha funcionado. Y de corazón digo que esperaba que fuera al contrario.
se parece bastante a the girls, donde se inventan a una protagonista que vive cerca de las chicas manson y ella vive indirectamente los asesinatos.
ResponderEliminares algo parecido y puede que a veces funcione y a veces no. aqui creo que no.
Al igual que a ti, me atrae muchísimo el tema de los tioroteos escolares. No por el hecho en sí, que es bastante preocupante teniendo en cuenta lo fácil que es tener un arma en América, sino por los problemas psicológicos, las heridas y el trasfondo de estas situaciones.
ResponderEliminarA pesar de esto, dudo que de una oportunidad al libro. Cambiar hechos históricos en historias que mezclan esto con ficción, suele ser un fallo común. Ejemplo de esto es Ken Liu en "La gracia de los reyes", pero a diferencia de lo que cuentas con esta obra, Ken Liu sabe compensar los cambios con un mundo que atrae, algo innovador y unos personajes completos. (Además de admitir que quería hacer una reinvención de la historia de China)
No me llama...
Un saludo.