Hoy traigo la reseña de El Juego de la Corona de Evelyn Skye, gracias a Nocturna, ya que han sido los que me han cedido el ejemplar *aplausos*. Y bueno me voy a meter ya en el meollo que tengo alubias para comer y mucha MUCHA hambre.
El Juego de la Corona nos sitúa en la Rusia imperial, en 1825, en la isla ficticia de Ovchinin por un lado; y en San Petersburgo por el otro. Los protagonistas son dos jóvenes magos que no conocen la existencia del otro pero que comparten destino: ser el mago imperial, un cargo que sólo el mago mas poderoso de Rusia puede desempeñar. Ellos dos son los más poderosos, empatados en poder, y para resolver esta situación, existe algo llamado El Juego de la Corona, un duelo de hehizos que temrinará con la muerte de uno de los participantes y el tan ansiado cargo para otro de ellos.
Vika vive en Ovchinin con Serguéi, su padre y mentor, de una manera humilde, entrenando cada día su magia para cumplir su sueño de ser la maga imperial. Sus poderes están basados en los elementos naturales y puede llegar a hacer cosas increíbles. Nikolái, por su parte, es un huérfano de la estepa kazaja que vive ahora con Galina, su mentora, la cual no parece profesar ningún tipo de afecto por él. Galina le ha entrenado de una manera muy distinta, ya que el poder de Nikolai se centra más en elementos que poco tienen que ver con la vida y la naturaleza. Puede ver a través de las paredes y crear hermosos trajes, dar vida a estatuas de piedra y muñecos de trapo, pero no puede invocar una tormenta o hacer que las aguas del Nevá se muevan a su antojo. Vika y Nikolái tienen la misma cantidad de poder, pero lo canalizan de una manera muy distinta.
Cuando el día de el Juego llega, ambos, aunque ocultos tras un hechizo que impide que el otro pueda saber la identidad de su rival, sienten una extraña corriente de energía que les atraviesa en presencia del otro, como si estuvieran conectados. Este primer encuentro marcará el transcurso del juego, ya que si de primeras a ninguno de los dos le hacía mucha gracia tener que matar a otra persona, ahora las cosas son todavía más difíciles. Porque obviamente, ya tenemos Love Interest número 1. Ahora nos falta el segundo para completar el triángulo, pero tranquilos, que en esto no defrauda.
Más o menos, eso es. Tengo que decir que el libro me ha dejado confusa por varios motivos, y que no soy capaz de decidir si me ha gustado, si no o si simplemente queda como un libro más en el fondo de mi memoria. Y es que El Juego de la Corona tiene elementos de lo más atractivos, como una ambientación en la Rusia imperial estupenda. Y aunque he leído reseñas en Goodreads criticándola y citando pasajes que en la edición española han sido modificados, (por ejemplo, si en la edición original los protagonistas se emborrachaban con kvas, una bebida de muy baja graduación que incluso se le da a los niños, en la versión española lo hacían con vodka, algo bastante más fuerte como es de imaginar), con lo que esos errores del texto original no existían en la traducción.
De todas maneras, mi principal problema con este libro es lo incoherente que resulta y la falta de instinto de supervivencia de los personajes. Veamos, en Rusia solo puede existir un gran mago que posea la mayoría de magia, ya que cada país tiene su propio manantial de la misma, y si te vas a cualquier otro país, no podrás acceder al manantial de magia del que procede tu poder, con lo cual, no podrás emplearla. Cuando un mago muere, esa magia vuelve al manantial, y cuando un mago nace, esos poderes van en busca del nuevo recipiente. ¿No sería lógico entonces que el perdedor del Juego en vez de morir, se fuera del país para que así el mago imperial pudiera acceder a toda la magia del país? Pues parece que no.
-¿Y qué haría el otro mago? ¿Retirarse al campo y prometer no volver a utilizar la magia nunca más?¿O mudarse al extranjero y no tener acceso al manantial de Rusia? ¿Serías tu capaz de hacer eso? ¿De renunciar a todo lo que eres a cambio de tu vida?
[...]
-No sería vida, Majestad Imperial, si no pudiera hacer encantamientos.
¿Me explicáis? Me fascina esta moda de mártires por su propia causa que se está generando en la literatura juvenil. ¿Que no puedo hacer o tener algo? Pues prefiero morir antes que llevar una vida plena en otros aspectos, obviamente.
Como comentaba, es evidente que entre los dos magos surgirá atracción inmediata y poco a poco se darán cuenta de que están enamorados el uno del otro. Puedo llegar a dejarlo pasar si no fuera porque se van a matar, y oh, os prometo que por muy guapo sea un chico, si este me intenta matar, le arranco la cara y se la hago comer. Pero aún más absurdo es la historia que cierra el triángulo. Pasha, el hijo del zar, que no sabe que Nikolái es mago, es también su mejor amigo. Y después de sorprender a Vika en el bosque realizando encantamientos, se enamora perdidamente de ella. Así, ya está. Se pone a buscarla por media Rusia y cuando da con ella, le confiesa sus sentimientos a los dos días de empezar a conocerla. Ojo, no digo conocerla, digo empezar a conocerla, que es todavía peor. Puedo soportar los triángulos amorosos, puedo soportar algo de instalove moderado, pero esto supera con creces lo soportable en mi soportablemetro.
Si nos metemos en el wold building, aquí tengo que decir que Evelyn Skye ha hecho un buen trabajo. La zona de Rusia en la que se desarrolla la trama está muy bien delimitada, e incluso las localizaciones ficticias (Ovchinin) son lo suficientemente creíbles. En los agradecimientos podemos leer toda la documentación que ha realizado la autora, además de todos los estudios relacionados con Rusia que tiene a sus espaldas, así que qué menos ¿verdad?
El final aunque predecible por esas dos últimas páginas, me ha gustado en su conjunto, Me hubiera gustado que no hubiera sido tan evidente y que dejara el misterio para el siguiente volumen de la bilogía. Si hubiera sido así, el hype sería mucho más grande, por lo menos en mi opinión. No obstante, yo lo tengo claro: quiero leer la segunda parte.
En general, un libro tirando a mediocre que te hace pasar un buen rato, pero poco más. Al principio dije que me era imposible saber en que categoría ponerlo, si en bueno, malo u olvidable, pero en este caso la verdad es que no encaja en ninguna de las tres, como mucho en "entretenido".
Si os apetece un poco más de lo mismo pero con una ambientación cuidada y diferente de lo habitual (y no, la "Rusia" de Leigh Bardugo no cuenta), bueno, aquí está El Juego de la Corona para rellenar ese hueco.
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